«Filtres», «Somiar» y ahora «Collage». Palabras solitarias que definen las fallas de Vicente Martínez con el fin de sorprender. ¿Como lo puede conseguir después de tantos años en la profesión? Las fallas es un oficio donde la repetición es una tentación muy jugosa. Sin embargo, el tandem de Burriana, Vicente Martínez y Juan Ramón Vázquez en el diseño, siempre se saca conejos de la chistera un año sí y otro año también desde que trabajaran juntos en el Mercado central con magníficos premios para el presupuesto con el que aspiraban.
Tras la incursión fallida de la joven promesa en la Plaza del Pilar en 2005, para muchos entonces «el heredero de Monterrubio», no tenía otro camino posible que girar de rumbo. En «Todo está en los libros» la falla fue una monumentalidad muy respetable pero los aires intratables y descompensados en una plaza como la del barrio de Velluters. No es producente en el mundo del arte fallero compararse con maestros donde su estilo y las conjugación de espacios y formas los tienen más que madurados. Ni Martínez ha intentado emular a Monterrubio ni Monterrubio ha creado una escuela como entonces en aquellos años decían los críticos que iba a crear. Tan solo sus discípulos Salva Bañuls y Nestor Ruiz han dado un salto claramente influyente por el artisTa madrileño en las obras que están haciendo para la falla de San Marcelino o Gayano Lluch este pasado año en fallas mayores de forma subrayable. Lo demás han sido aproximaciones o influencias lógicas entre compañeros de profesión.
Falla de autor y de diseño
Cada artisTa finalmente bebe de estilos diferentes y Vicente Martínez se ha destacado por su adaptación al diseñador donde trabaja muy cómodo. Primero fue Corredera y más tarde Vázquez. En L´Antiga de Campanar horizontalizó de manera maestra una falla que no tenía por qué combatir con el colchón escenográfico que tenía a sus espaldas y además ya demostró su habilidad de colocar de perfil a rostros protagonistas en los remates de la falla y distorsionar cuerpos hasta el límite con esqueletos extraordinarios de varetas internas.
En Cuba, tanto en 2018 como en 2019 ha repetido esa fórmula del perfil en la cúspide del remate con personajes que se disfrazan de colores fluorescentes en satinado y que saben complementarse con los diferentes módulos de un monumento compacto, que se produce colocando en cada uno de sus vértices sub remates con figuras humanas o animales (el año pasado) con alta factura escultórica y encuadrando la composición. Una falla que funciona en una demarcación como la de Russafa pero que no lo haría del mismo modo en un cruce fuera de un ensanche. Vicente pues, supo desde el primer momento donde iba a competir y presentar sus coloridas obras antes de pisar el cruce. Y esto le valió en su debut un segundo premio y un cuarto este pasado ejercicio.
Color, color, color
Sobre el papel «Collage» es una incógnita porque el blanco y negro invade el boceto y en eso el artisTa ha sido ‘listo’. Ha creado y creará en el futuro una expectativa. Los colores de Martínez siempre han sido su fuerte especialmente desde la Falla de la Malvarrosa de 2010 cuyos magentas, amarillos y colores fríos los combinó valientemente y le catapulto a la falla del Marítimo con el mejor premio de su historia en la Especial, 5º premio.
Al igual que estos dos años atrás en Cuba, el taller de Burriana repetirá el buen gusto por el colorido y seguro que no defraudará en un tema tan heterogéneo como «Collage». Los dos bustos de los personajes principales juegan con la mirada del espectador observando de reojo y en el remate combina un personaje con tijeras y animales como una jirafa o una cacatúa que emergen del sombrero de época de la mujer. Una falla expectante de escenas surrealistas que sin embargo, tendrá el condicionante de una mayor amplitud o estructura con respecto a estos años atrás ya que la composición es de nuevo similiar entre sí y la calidad en la escultura y la voluminosidad este año pueden ser determinante para saber hasta donde puede llegar una obra que parte a priori como favorita para los puestos de 4º al 6º. No obstante, con el artisTa borrianense todo puede pasar en el año tan competitivo que se presenta. Otros años donde la competencia fue similar consiguió puestos extraordinarios… Imprevisible.