Mario Gual repite obra en la Plaza del Portal Nou con un lema que evoca a la referencia iconográfica de los últimos 20 años en el casal de Na Jordana. El pinocho universal de Manolo Martín, esta vez sedente y en escorzo, es representado en la escena principal del remate junto a una gran musa ‘made in Gual’ como irradiación del barroquismo inspirador con multitud de pequeños personajes en la parte superior de sus cabellos y de sus alas.
El diálogo entre el Pinocho y la ‘renaixensa’ puede resultar poco convencional precisamente por los personajes escogidos tan antagónicos figurativamente hablando pero al mismo tiempo estaríamos asistiendo a una falla muy políticamente correcta, pro escenario de falla infanTil y enmarcando el detallismo y preciosismo con la buena pintura del taller que demostró ya Gual el año pasado en esta misma demarcación. Los morados, azulados y amarillos degradados han sido muy utilizados por Mario que siempre ha cabalgado entre el picarón rostro escultorico de sus ninoTs y el idealismo en la pintura a base de pistola y colores cada vez más fluorescentes en las grandes figuras. SIn embargo, en envites importantes como estos y secciones primeras como ocurriera en su momento con Malvarrosa o Linterna y antes de fichar por Na Jordana, Mario estiliza y ‘amabiliza’ su obra especialmente en los repiés. La representación femenina alada como referente esencial en la falla no es sorpresa alguna porque esta fórmula de mayor fantasía, astrología o ‘hadalandia’ ha sido muy introducida por Gual en sus obras del pasado.
Mejorar la posición del año pasado
Estamos ante una falla, pues, muy poco novedosa en cuanto a los falleros y los monumentos simbólicos por antonomasia valencianos que se divisan en el culmen del remate. Existe una ensoñación escénica pero poco más por descubrir. Como decimos más propio y repetido en muchas fallas infanTiles de primera sección o categoría Especial. El acabado plástico sin ninguna duda va a ser el mejor escaparate de un artisTa que ha crecido de una forma clara y concisa en sus últimos años a nivel profesional.
«Renaixensa» también es un modo de renacer para la comisión centenaria del Carmen. Después de la situación del covid-19 y sus efectos socio económicos, la falla que colabora en los proyectos literarios o ideológicos con sus artisTas quiere dar un paso en adelante artísTico a ver si con más y mejor presupuesto (216,75 mil €) gracias a las ayudas municipales post covid se puede aspirar a un top 5. Y es que Na Jordana desde que está la presidencia de Pere Borrego Pitarch en el bajo de Salvador Giner, solamente ha ganado un primer premio en 2003 y nunca ha sumado mejores puestos que un quinto premio desde entonces (la última vez el quinto premio fue en 2018 con «Llibertat») El año pasado el premio acabó siendo una séptima posición de entre nueve participantes. El objetivo, mejorar esa cifra.
El renacimiento de la fiesta fallera más que por su temáTica esencial o de primer impacto visual, es una idea testimonial que ha de ayudar a las fallas a resurgir ante las dificultades especialmente económicas aunque la presencia básica del Pinocho de Martín está enfocando y hasta centralizando el objetivo ‘solo’ en Na Jordana. Una evocación que puede pasar factura en el jurado para bien o no tan para bien porque las comparaciones con la colosal obra de Martín se reduce en tamaño y como metáfora intangible y apologética, no como expresión concreta y reivindicativa que es a lo que nos tenía muy acostumbrados Na Jordana a lo largo de este siglo XXI.
